Durante los primeros días, es conveniente que sigas unos pequeños pasos para facilitar la curación de tu nuevo Piercing.
Tienes que tener en cuenta, que al principio, debes tratarlo como una “herida”, por lo tanto es normal la inflamación, rojez, incluso puede que en alguna ocasión supure algo de linfa* haciendo una pequeña postilla al rededor de la zona.
¡Pero que no cunda el pánico!. Todo esto es el proceso normal de cicatrización .
Nuestro consejo es que sigas estos pasos 2/3 veces al día durante al menos la primera semana y máximos 15 días.
¡Nunca toques la zona ni muevas el pendiente con las manos sucias!
Primero, lávate muy bien las manos, y una vez limpias, enjabona la zona.
Cuando la perforación esté enjabonada, sin hacerte daño ( y si lo ves necesario, con ayuda de un bastoncillo) mueve el pendiente de arriba abajo. De esta manera limpiaremos tanto la pieza como la zona anillada.
Aclara bien con agua tibia y seca la zona con papel de cocina.
Como último paso, te recomendamos que después de lavar y secar tu nuevo piercing apliques clorhexidrina (Cristalmina), de esta manera evitarás el crecimiento de microorganismos en la piel .
No cambies tu piercing antes de tiempo.
Si tienes cualquier duda, o crees que tienes algún problema con tu proceso de curación no dudes ni un segundo y ponte en contacto con nosotros.